Después de más de 15 años, me tomo un respiro de la docencia.
Me voy triste pero con ganas de volver.
Me voy a un lugar distinto como asesor docente, para caminar otras perspectivas.
Me voy dejando atrás a una chavalada maravillosa en cada una de las clases. Me han dado mucho la turra, pero han conseguido una vez más que este trabajo, el de profesor, sea sin duda el mejor del mundo.
Me voy y me entristece no poder terminar el curso (cosas de la Administración pública), PERO ESTARÉ DE ALGUNA FORMA SIEMPRE DISPONIBLE, tenéis mi mail, redes sociales...una cafetería, unas futuras prácticas...
Nos volveremos a encontrar y no es una amenaza. ¡Hasta siempre Isidra!
